Amar es la raíz del Evangelio y del crecimiento personal. A veces se ha entendido como “darlo todo a cambio de nada”, otras veces como “estar enamorado”, y otras como “callar y aguantar”. Amar y amarse no siempre van unidas a una experiencia sana y liberadora, sino también a miedos, malentendidos y carencias que dificultan la relación con Dios, con los demás y con uno mismo. Lo trabajaremos desde la psicología dinámica y la espiritualidad ignaciana. Posibilidad de entrevista personal.
Aplicaremos las distintas danzas a los diferentes niveles educativos, mostrando algunas adaptaciones y experiencias del profesorado. Comentaremos momentos especialmente apropiados para su realización dentro del curso escolar.